Dios es mi Padre (Epílogo)

Hemos recorrido juntos un camino de descubrimiento y revelación sobre la paternidad de Dios, explorando Su amor, Su cuidado y los privilegios de ser Sus hijos. En el Epílogo, el Pastor Willians Vélez nos invita a afirmar y declarar con todo nuestro corazón: ¡Dios es mi Padre!, una verdad que transforma nuestra vida, nuestra mente y nuestro espíritu.

Hijos establecidos en el amor del Padre

La Escritura nos recuerda:

"Vimos que hemos sido establecidos como hijos; el cielo se abre para afirmar esta verdad: hemos sido engendrados y adoptados como hijos de Dios" (Romanos 8:15-16).

Esta revelación nos permite:

  • Reconocer nuestra identidad divina como hijos amados.

  • Declarar con confianza que Dios nos protege, guía y bendice en cada paso de nuestra vida.

  • Vivir con una perspectiva eterna, valorando cada día como un regalo de nuestro Padre celestial.

Ser hijos de Dios no es solo un concepto; es una experiencia viva que transforma nuestra forma de pensar, actuar y relacionarnos. A medida que internalizamos esta verdad, aprendemos a caminar en libertad, seguridad y gratitud, disfrutando de Su presencia en todo momento.

Viviendo con la certeza de Su paternidad

Al afirmar que Dios es nuestro Padre, abrimos nuestro corazón para:

  • Recibir Su amor sin reservas, confiando plenamente en Su bondad y fidelidad.

  • Reflejar Su carácter en nuestras acciones, amando y perdonando a otros como Él nos ama.

  • Vivir con propósito, conscientes de que cada decisión y cada acto forma parte de Su plan perfecto para nuestra vida.

Sabemos que la revelación de la paternidad de Dios es progresiva y va aumentando en nuestras vidas, a medida que intimamos mas con el Padre de los Cielos. Nuestra oración es que por medio de este recurso pueda conectarse con la paternidad de Dios y se revele a su vida que usted es un hijo amado de Él.

Cierra tus ojos, abre tu corazón y declara con convicción: ¡Dios es mi Padre! Hoy es el día para vivir plenamente en Su amor, para permitir que Su presencia transforme cada área de tu vida y para compartir esta verdad con quienes te rodean.

No dejes que la rutina o las dificultades apaguen esta certeza; haz de la paternidad de Dios tu refugio, tu guía y tu alegría diaria.

Que cada día recuerdes: como hijo amado del Padre celestial, eres parte de Su familia, protegido por Su amor y llamado a reflejar Su gloria en el mundo.

Basado en el Epílogo, del libro “Dios es mi Padre” escrito por el pastor Willians Vélez S.


Escucha el Libro y Complementa tu Aprendizaje

Para profundizar en esta enseñanza, puedes adquirir el libro (en físico o digital), también puedes escuchar el audiolibro completo en diferentes plataformas:

Anterior
Anterior

Quitando el temor de nuestra vida

Siguiente
Siguiente

La Casa del Padre